¿Quién?
¿Cuál de nosotros no le diría a su hijo que dejara un trabajo de 12 horas al día en el que gana 600 euros al mes?
Sin contrato, sin seguro, sin nada.
¿Quién de entre nosotros sería capaz de vivir con 12 euros al mes?
¿Quién?
Pues ese, que tire la primera piedra.
Que construya la próxima valla.
Que pinte una nueva raya sobre el mapa.
El resto; que corra a su casa,
airee el salón de la acomodada clase media,
apague el televisor,
mulla los cojines.
y abra la puerta, para recibir al hermano que viene.
Huyendo, de lo que ni la peste lograría
Huyendo de lo que ni el peor tsunami sería capaz de causar.
De la muerte segura, administrada en pequeñas dosis;
Día a día, pensando si habrá una nueva noche.
o será hoy
cuando el hambre ahogue el estomago,
el sida envenene el corazón,
la tristeza apuñale el alma.
Si será hoy,
la tarde que nos encontrará llorando por el hijo muerto en el mar.
Si será hoy,
la noche en que la muerte venga a concedernos la paz.
Huyendo, no buscando nada, simplemente huyendo…
del peor vomito de la humanidad. La pobreza.
Que tire la primera piedra al que no le importe que un hijo muera
en una barcaza que cruza un mar.
Que tire la primera piedra al que el alma
se le haya secado entre tanta miseria.
El resto, abramos nuestras puertas,
por que el que viene es el que nació a nuestro lado.
El resto, ojalá todos, vayamos aprendiendo a dormir un poco más prietos,
a usar la ropa un poco descolorida,
a no comer alimentos que adelgazan,
a no vivir, como si esto fuera de gratis.
Y nosotros. Si nosotros, también matamos de hambre,
somos ese cómplice necesario, que come un pollo,
criado en una granja, donde el granjero gana 12 euros al mes.
y sueña,
tal vez, con un centro de acogida en otro puerto,
o tal vez reza para que esta noche
la muerte le visite para concederle una tregua, aunque sea.
Yo al menos creo, es lo que rezaría, cada minuto.
Roberto Borda de la Palla
Sin contrato, sin seguro, sin nada.
¿Quién de entre nosotros sería capaz de vivir con 12 euros al mes?
¿Quién?
Pues ese, que tire la primera piedra.
Que construya la próxima valla.
Que pinte una nueva raya sobre el mapa.
El resto; que corra a su casa,
airee el salón de la acomodada clase media,
apague el televisor,
mulla los cojines.
y abra la puerta, para recibir al hermano que viene.
Huyendo, de lo que ni la peste lograría
Huyendo de lo que ni el peor tsunami sería capaz de causar.
De la muerte segura, administrada en pequeñas dosis;
Día a día, pensando si habrá una nueva noche.
o será hoy
cuando el hambre ahogue el estomago,
el sida envenene el corazón,
la tristeza apuñale el alma.
Si será hoy,
la tarde que nos encontrará llorando por el hijo muerto en el mar.
Si será hoy,
la noche en que la muerte venga a concedernos la paz.
Huyendo, no buscando nada, simplemente huyendo…
del peor vomito de la humanidad. La pobreza.
Que tire la primera piedra al que no le importe que un hijo muera
en una barcaza que cruza un mar.
Que tire la primera piedra al que el alma
se le haya secado entre tanta miseria.
El resto, abramos nuestras puertas,
por que el que viene es el que nació a nuestro lado.
El resto, ojalá todos, vayamos aprendiendo a dormir un poco más prietos,
a usar la ropa un poco descolorida,
a no comer alimentos que adelgazan,
a no vivir, como si esto fuera de gratis.
Y nosotros. Si nosotros, también matamos de hambre,
somos ese cómplice necesario, que come un pollo,
criado en una granja, donde el granjero gana 12 euros al mes.
y sueña,
tal vez, con un centro de acogida en otro puerto,
o tal vez reza para que esta noche
la muerte le visite para concederle una tregua, aunque sea.
Yo al menos creo, es lo que rezaría, cada minuto.
Roberto Borda de la Palla
3 Comments:
Con humor:
la próxima valla... la próxima valla. Vaya!
Sería mucho mejor si todos nosotros nos pegáramos un tiro para que hubiera más sitio y no molestáramos
Fácil es decir cosas cuando no afectan directamente
Ya lo creo que es facil.
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