Mileuristas
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Los mileuristas han sido una generación habituada desde la niñez a poseer aquello que deseaba, una generación protegida por sus padres, «tan entretenida con lo que se le ofrecía» que a la postre iba a resultar una generación complaciente, incapacitada para la rebelión.
Espido Freire sostiene que se trata de una generación desideologizada; no estoy plenamente de acuerdo con esta caracterización: más bien considero que los mileuristas han acatado la ideología vigente sin empacho; y cuando hablo de ideología no me refiero a las ideologías en el sentido tradicional –tan desfasadas–, sino más bien al pensamiento dominante, a los Principios del Régimen.
Cada vez que se realiza una encuesta entre la juventud española, resulta espeluznante comprobar con cuán satisfecha estolidez aceptan el catecismo de la corrección política y cómo se allanan ante el relativismo moral y ante las presuntas ‘conquistas del progreso’ que les venden como panaceas universales.
Inevitablemente, una generación formada –científicamente formada, incluso, me atrevería a decir– para no poner en tela de juicio la doctrina imperante se muestra incapaz de cuestionarla, interpelarla, refutarla.
Y aunque la sociedad diseñada por esa doctrina imperante los excluya, o los relegue a los arrabales, allá donde sus decisiones no importan, o sólo importan en cuanto engrosan el número de votos de tal o cual partido, los mileuristas carecen de instrumentos eficaces para plantear una ‘revolución desde dentro’.
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Juan Manuel de Prada, sobre del libro "Mileuristas" de Espido Freire
Artículo completo
Los mileuristas han sido una generación habituada desde la niñez a poseer aquello que deseaba, una generación protegida por sus padres, «tan entretenida con lo que se le ofrecía» que a la postre iba a resultar una generación complaciente, incapacitada para la rebelión.
Espido Freire sostiene que se trata de una generación desideologizada; no estoy plenamente de acuerdo con esta caracterización: más bien considero que los mileuristas han acatado la ideología vigente sin empacho; y cuando hablo de ideología no me refiero a las ideologías en el sentido tradicional –tan desfasadas–, sino más bien al pensamiento dominante, a los Principios del Régimen.
Cada vez que se realiza una encuesta entre la juventud española, resulta espeluznante comprobar con cuán satisfecha estolidez aceptan el catecismo de la corrección política y cómo se allanan ante el relativismo moral y ante las presuntas ‘conquistas del progreso’ que les venden como panaceas universales.
Inevitablemente, una generación formada –científicamente formada, incluso, me atrevería a decir– para no poner en tela de juicio la doctrina imperante se muestra incapaz de cuestionarla, interpelarla, refutarla.
Y aunque la sociedad diseñada por esa doctrina imperante los excluya, o los relegue a los arrabales, allá donde sus decisiones no importan, o sólo importan en cuanto engrosan el número de votos de tal o cual partido, los mileuristas carecen de instrumentos eficaces para plantear una ‘revolución desde dentro’.
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Juan Manuel de Prada, sobre del libro "Mileuristas" de Espido Freire
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3 Comments:
Mira que no me cae bien el Prada, pero le tengo que dar la razón en parte (¿a él o a Laura Espido?). Claro, que me parece a mí que tampoco la generación de mis padres estuvo muy ideoligizada (en general). Por algo había algo llamado "franquismo sociológico" (y lo sigue habiendo).
Gracias por irnos descubriendo perlas como estas, alxemi
Lo más sorprendente es que saca a la luz el rencor. Yo siento ese rencor. El rencor se siente cuando tras muchos años de estudio y de trabajo sigues estancado en el mismo sitio. Un descubrimiento este artículo. Felicidades por el blog.
Lo más sorpendente es que Prada vive de los mileuristas que compran sus libros.
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